Copy of Nuestra presencia actual en Tierra Santa y Medio Oriente

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En referencia a la actualidad, probemos de enmarcar la presencia de la Custodia en Tierra Santa y un poco en todo el Medio Oriente.

 

La realidad de la Custodia

 

Actualmente nuestras comunidades están en Israel, Palestina, Jordania, Libano, Siria, Chipre, Rodas, Egipto. Tenemos también algunas presencias en Italia, una presencia en Washington y una en Buenos Aires.

La Custodia es una realidad internacional, somos de hecho, cerca de 260 frailes de 40 nacionalidades distintas.

Una realidad que busca vivir la vida franciscana, que en primer lugar es una vida evangélica de oración y de fraternidad al servicio de la Iglesia y de las personas.

En los lugares que estamos presentes buscamos, por lo tanto, antes de todo, de vivir nuestra vocación franciscana, y de consecuencia desempeñamos una serie de actividades y de servicios.

En Tierra Santa naturalmente es importante y prioritario el dialogo ecuménico y el dialogo interreligioso, que es hecho de encuentros y de colaboraciones en la vida cotidiana antes que de encuentros oficiales y de comisiones.

Las actividades que caracterizan nuestra misión son muchas y pruebo a ilustrarlas brevemente:

Las actividades

Tenemos el encargo de custodiar los Lugares Santos de la cristiandad. Prestamos el servicio en cerca de 50 santuarios, donde nosotros, en primer lugar, estamos llamados a tener una experiencia de encuentro con Dios y donde los peregrinos pueden hacer una experiencia de fe, leyendo la Palabra de Dios, ahí, donde fue anunciada y donde ha tomado cuerpo; al mismo tiempo en los santuarios y alrededor de ellos, frecuentemente, encuentran trabajo sea la población local como los cristianos que pertenecen a las pequeñas comunidades presentes en el territorio.

Realizamos el servicio pastoral en, alrededor de 30 parroquias de rito latín, cuidando las “piedras vivas”, los cristianos de Medio Oriente, que quedan todavía en diferentes países, aún a costa de grandes sacrificios. En estas últimas décadas su número está progresivamente disminuyendo en todo el Medio Oriente, pero continúan a estar presentes como levadura y como sal en contextos que tienen necesidad de nuestra presencia pacífica, dialogante, socialmente comprometida.
 

Existe un fuerte compromiso en el sector educativo y cultural, a través de las 15 escuelas franciscanas de Tierra Santa que educan alrededor de 10,000 estudiantes. Estas escuelas son reconocidas como modelos de convivencia y dialogo interreligioso contribuyendo a crear y promover un clima de convivencia pacifica entre la mayoría musulmana y la minoría cristiana presentes en la mayor parte de las ciudades en las cuales vivimos y trabajamos.

En el campo cultural es importante lo que hacen nuestros centros de estudio, el Estudio de Teología de Jerusalén donde se forman nuestros frailes jóvenes; el Estudio Bíblico Franciscano de la Flagelación que ofrece el curso de licencia y doctorado en ciencias bíblicas y arqueológicas; el Centro Muski del Cairo que está especializado en los estudios Orientales Cristianos y es lugar de dialogo interreligioso, como con el mundo islámico.
 

Tenemos el instituto Magnificat, que es una escuela de música abierta a los jóvenes de todos los credos. Finalmente en el campo cultural, hay un gran empeño comunicativo, por dar a conocer la realidad de la presencia cristiana en Tierra Santa a traves de los modernos medios de comunicacción social.

Fundamental es el compromiso realizado en la parte social, que busca de sostener la presencia cristiana en Medio Oriente, creando puestos de trabajo y poniendo a disposición cerca de 600 departamentos para los cristianos locales a un precio, en la mayoría de los casos, puramente simbólico.
 

En este momento, también existe un compromiso particular en favor de los migrantes y de los refugiados. El compromiso hacia los migrantes está unido al fenómeno de la globalización: en Israel, pero también en Siria y en Chipre las comunidades de los migrantes, sobre todo de Asia, es significativa. El hecho de ser una realidad franciscana internacional nos permite de acoger a los migrantes católicos, buscando de integrarlos en las comunidades cristianas locales y ayudándoles a mantener sus identidades.

 

El compromiso con los refugiados está vinculado a la situación de la guerra en Siria, de la cual hablaré brevemente dentro de poco. La guerra ha erradicado más de la mitad de la población siriana y tenemos contacto con los refugiados y los desplazados no solo en Siria, sino también en Jordania, Líbano, Chipre y Rodas.

 La presencia de la Custodia en Siria
 

Merece un discurso a parte, en este momento, el compromiso en Siria, una tierra particularmente importante para la historia del cristianismo, porque sobre la Vía de Damasco, sucedió la conversión de san Pablo, quien después, en Damasco recibió el bautismo y donde tuvo lugar su primera predicación. Siria es la segunda cuna del cristianismo y nuestra presencia franciscana resale al siglo XIII, presencia que, a lo largo de estos ocho siglos, ha costado sangre y martirio.

Actualmente la presencia, de nuestros frailes, permanece para dar apoyo a las personas de Damasco, Latakia, Alepo, Knaye y Yakubie. Nuestros frailes están comprometidos en el servicio parroquial y en este momento buscan animar y sostener la comunidad cristiana local, teniendo viva la esperanza contribuyendo a ayudar, también materialmente, a aquellos que se han quedado.
 
En Damasco continuamos a tener con vida dos santuarios vinculados a la conversión y al bautismo de san Pablo, atendemos dos parroquias, en las cuales están presentes cristianos locales y también una comunidad de inmigrantes de Asia y de África; la casa para los peregrinos, en el Memorial de san Pablo, se ha convertido en una casa de hospedaje para los refugiados en tránsito hacia una nueva destinación y frecuentemente hacia una nueva patria.
 
 

En Latakia dos frailes tienen el cuidado pastoral de una parroquia, que en estos años se ha duplicado, porque muchos cristianos huyendo de las zonas de guerra se han refugiado en esta ciudad que, por el momento, es la mas segura de Siria.

 

En Alepo nuestros frailes, administran la parroquia de san Francisco, dicha parroquia está ayudando a miles de familias, de todas las creencias y confesiones religiosas; hemos abierto las puertas del Colegio de Tierra Santa para recibir a un grupo de señoras ancianas, dado que el asilo de ancianos fue destruido por los bombardeos.

 

Buscamos de mantener abiertas dos escuelas pequeñas para los niños con necesidades particulares.

 

Pero el servicio mas importante que realizan nuestros frailes en Alepo es el de mantener viva la esperanza en las personas y ayudar a todos a tener el corazón libre del odio, abierto al perdón y a la reconciliación.

 

De este punto de vista son muy importantes algunas iniciativas que se han desarrollado últimamente donde participan algunos de nuestros frailes para encaminar a un dialogo de reconciliación entre aquellos que están disponibles a la reconciliación y a la paz.

 

Así mismo la iniciativa “niños en oración por la paz”, que en Alepo ha involucrado y está comprometiendo a niños de todas las confesiones cristianas incluso niños musulmanes, tiene como objetivo mantener viva la esperanza en el futuro que Dios aún reserva a esta tierra amada y maltratada.

 

Este año, por primera vez después de cinco años, nuestros niños han podido celebrar la Navidad sin el ruido de los bombardeos.

 

Después de la reunificación de la ciudad, nuestros frailes han podido entrar en Alepo Este y emprender un programa de ayuda para las personas que se han quedado ahí: sobretodo mujeres, niños y ancianos, todos de fe musulmana.

 

Para terminar, estamos presentes en dos pueblos contralados por los rebeldes: Knaye e Yakoubie. Son dos pueblos en el Valle Orontes donde dos frailes se han quedado voluntariamente junto a las personas y que junto con la gente sufren cada día humillaciones y presiones.

 

Los cristianos locales ya han perdido casi todo lo que tenían, pero han conservado su fe. En cada uno de los pueblos han quedado un centenar de cristianos de varias confesiones. En un contexto difícil, como el de estos pueblos, hay episodios de vida dignos de las florecillas de san Francisco, como cuando recientemente, uno de nuestros frailes ha logrado calmar a un grupo de muchachos influenciados del fanatismo y de la violencia, invitándolos a jugar football.

 

Nuestros frailes que viven en Siria hablan frecuentemente también del ecumenismo de sangre, porque los cristianos de las varias confesiones, ahí, se han encontrado todos unidos en la opción de permanecer fieles a Jesucristo, pagando en muchas ocasiones con el precio de la sangre.